// 10.06.2016 - 24.07.2016 / Sala SEMPERE

TIERRA INUNDADA

Mº Dolores Mulá


Lo que el espectador puede encontrar en esta exposición son cuatro secciones, dedicadas al tema del agua.

La primera de ellas, titulada “Agua desbordada”, presenta cuatro fotografías y un vídeo. Las fotografías han sido tomadas en distintos viajes de la artista, en puntos muy distantes del planeta. Dos son de Galicia y dos de la Patagonia. Se trata, en primer lugar de inundaciones, y por tanto, aunque la cosa no resulta evidente, también de la presencia del agua sobre la tierra. “Tierra inundada” es por ello el título general de esta exposición. También el vídeo alude a algo semejante (agua desbordada).

La segunda, titulada “Agua detenida”, contiene fotos de Islandia, de Sitges y de Galicia, en las que aparecen charcos, charcas, aguas estancadas en lagunas y en cráteres de volcanes. Sólo en las imágenes del cráter aparecen dos figuras humanas que nos dan las dimensiones reales del mismo.

La tercera sección, titulada “Agua rota”, contiene cuatro imágenes de una catarata en Islandia. Parece bastante espectacular y de dimensiones descomunales, pero, al no haber un referente de escala, no podemos apreciar su magnitud.

La cuarta y última sección, titulada “El misterio del origen”, presenta cuatro fotografías con la apariencia de ser del nacimiento de un río en Galicia, otra más de una telaraña con catarata al fondo, en la Patagonia, y por último otro vídeo con un paisaje, junto a un río, recorriendo un camino, entre robles y chopos.

Parece claro que el tema general de la exposición es el del agua. O más bien, el de los “paisajes del agua” y, de un modo más preciso, el del agua sobre la tierra, puesto que no vemos aquí ni paisajes marinos, ni faros ni playas ni acantilados.

María Dolores Mulá se acerca a la fascinación del agua, como fotógrafa. Y es curioso, porque el medio propio de expresión de la fotografía es la luz, pero al contemplar el agua, lo que de ella nos seduce es precisamente su juego con la luz. El agua brilla, refleja y reverbera con la luz. El agua es a veces un espejo y a veces —como en Homero— un oscuro y negro abismo. Pero como aquí se trata de un agua encharcada sobre la tierra, encerrada, retenida, rota o desbordada, nos encontramos entonces con el tercer elemento de la tierra. Ya lo hemos dicho, “Tierra inundada” es el título de esta exposición. Luz entonces, tierra y agua. Y aunque todavía no nos hayamos fijado en ello, la mera simetría nos obliga a darnos cuenta de que, en estos paisajes acuáticos, también está presente y representado el aire. Los cuatro elementos de los griegos, fuego, tierra, agua y aire, nos aparecen entonces cuando tratamos de acercarnos a la contemplación de tan sólo uno de ellos.

Miguel Cereceda

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