// 05.10.2009 - 21.11.2009 / Sala 365

HABANA

Robés


La Habana, no cabe duda, es una de las ciudades emblemáticas del planeta, a su vez conflictiva en cuanto a puntos de vista, opiniones políticas e incluso sociales. Este es un reportaje que habla de vida, de fuerza, de belleza, y de Arte. La Habana es una de las ciudades mas bellas del mundo y como tal ha de ser tratada y reconocida.

Este es un reportaje realizado con la solemnidad y el entusiasmo que su autor, Robés, ha volcado en su visita a La Habana. La Habana era escenario pendiente para él, y con gran satisfacción ha elaborado esta muestra.

Fotografías en impecable blanco y negro que han surgido de cada esquina que Robés ha recorrido de esta Habana de hoy y que han sido inspiración de esta obra imprescindible ya en su trayectoria profesional.

“Empiezo sin ideas preconcebidas. Un descubrimiento me hace fijarme en algo. Luego lo descubro por el objetivo. La forma final de presentación en cristal, la copia final previsionada totalmente con todos sus detalles de textura, movimiento, proporción, antes de exponer. El obturador se libera automáticamente y finalmente fija mi concepción; permite las justas manipulaciones posteriores. El final último, la copia, no es más que un duplicado de todo lo que vi y sentí con la cámara en ese preciso momento.

Cuando digo que me gustaría fotografiar a alguien lo que realmente quiero decir es que me gustaría conocerle, intento colocarme en esa línea peligrosa de luces contrastadas, por donde anidan los sentimientos, entre la piel de la persona y su camisa. Aguanto la respiración, y cuando todas las facultades convergen en el rostro de la efímera realidad pongo en el mismo eje el corazón, el ojo y la cámara, en ese momento todo es relativo, brota la excitación, la tensión muscular aumenta, el corazón se acelera, la respiración se entrecorta y dominar la imagen se convierte en una gran alegría física y mental. Durante ese breve instante todo lo que hay en la mente y el alma de una persona se refleja en sus ojos, en sus manos, en sus gestos, en sus formas, cuando se da esa desnudez es el instante que hay que fotografiar, es el esquivo “momento de la verdad”

Entonces empiezan los impulsos electrónicos entre mi ojo y mi dedo, pues la cámara se convierte en una prolongación natural del brazo, pero eso no es suficiente, sueño con que algún día el escalón entre mi dedo y mi mente deje de ser necesario, y que con solo cerrar los parpados pueda editar esos efímeros instantes.
“Después creeré en Dios.”

De la Habana ya se ha dicho todo y no se ha dicho nada, intentar decir algo que no se ha dicho sería totalmente imposible y mas imposible sería decirlo en forma de titular, por tanto “no lo haré” solo una aclaración -amo esa isla y todo, absolutamente todo lo que ella representa-. Pues bien: Después de un largo periodo de gestación, dudas, conflictos, acuerdos… Nace “HABANA”. Este trabajo se puede resumir en una sola palabra: VIDA, y pienso seguir fotografiando esas personas o cosas que sugieran esa palabra que me interesa tanto.” Robés

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