// 22.11.2002 - 18.01.2003 / Sala SEMPERE

Bajo el techo transparente

Molinero Ayala 


La construcción del paisaje, entre la naturaleza y el artificio, es el producto más logrado de la mirada del hombre. El paisaje, no la naturaleza que siempre es incomprensible y lejana, es una forma de mirar que imagina un lugar y lo habita. Construir el paisaje, inseparable del cuerpo de aquel que camina, del trazo de las pisadas de un paseante que, al avanzar, dibuja un trayecto, habita y edifica, al mismo tiempo, un sitio. Habitar el paisaje, sin duda, porque el paisaje es siempre la visión del hombre que ve desde lejos, del hombre que convierte el entorno que le rodea, las paredes de su habitación, en muros transparentes donde proyectar ese extraño deseo de ir más allá, de ver detrás de la línea del horizonte. La casa, como recuerda Bachelard, es soporte del inconsciente, cobijo de la interioridad del artista frente al mundo. Mediante la figura de la casa, el pintor conduce a otro tipo de realidad las imágenes de la naturaleza que, definitivamente, se encuentran, anidan en un sentido literal, Bajo el techo transparente

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