Memoria para un exilio olvidado…
Los republicanos que embarcaron con destino a Orán en el buque “Stanbrook” en el puerto de Alicante en marzo de 1939, fueron enviados a campos de trabajo poco después de llegar a Argelia. Un año más tarde, tras la invasión de Francia por Hitler, las autoridades colaboracionistas francesas movilizaron a los refugiados españoles en sus colonias argelina y marroquí para construir, casi en régimen de esclavitud, el ferrocarril transahariano; un proyecto quimérico que pretendía unir los territorios francófonos subsaharianos con las colonias del Mediterráneo atravesando el desierto de norte a sur. El Transahariano tenía un alto interés estratégico para los franceses ya que suministraría a la metrópoli materias primas, especialmente carbón, evitando el riesgo de que los transportes fueran interceptados en el Atlántico por la aviación y armada británica. Fue una historia de sudor, sangre y muerte a 50 grados centígrados; comida escasa y agua casi inexistente.
Su construcción nunca finalizó. En 1942, tras la liberación del norte de África, muchos de estos hombres se alistaron en las fuerzas aliadas. Y cuando en 1944 la Novena compañía de la Segunda división blindada del ejército de la Francia Libre, conocida como “La Nueve”, liberó París del yugo nazi, ellos hicieron ondear la bandera republicana una vez más.
El Proyecto fotográfico “Le Transsaharien” rinde homenaje a estos vencidos en la Guerra Civil española. Muchos de ellos héroes involuntarios que sufrieron y mantuvieron su esperanza en exilios inexplorados. El Proyecto consiste en una veintena de fotografías en lienzo de gran formato de las localizaciones de los campos de trabajo y las instalaciones del Transahariano en la frontera argelino-marroquí. A modo de flashes del pasado, la exposición recrea las imágenes y los espacios que fueron parte de la memoria de estas personas y marcaron sus vidas.
Las fotografías vienen acompañadas de fragmentos del “Diario de Gaskin” (ed. L’Eixam) escrito en los campos de trabajo por el piloto de caza republicano Antonio Gassó y por una selección de ilustraciones de la novela gráfica “Los surcos del Azar” (ed. Astiberri) de Paco Roca.