// 24.01.2014 - 05.04.2014 / Sala CUB

Imatges Vives. Vint anys de la Xarxa Vives d'universitats


Ni qué decir tiene que configurar una exposición que intente recoger piezas de procedencias tan diversas como son las de las veintiuna universidades que constituyen la Xarxa Vives supuso, de antemano, un gran reto. Había que obtener las piezas más representativas de cada universidad o, como mínimo, aquellas que mantuvieran un estrecho vínculo con sus programas docentes, investigadores o singularidades. Se trataba, en definitiva, de conseguir que cada centro universitario se viera representado en la exposición mediante un objeto real o virtual que fuera parte de su patrimonio y que, al mismo tiempo, le otorgara un carácter suficientemente específico y diferente con relación en las otras universidades.

Mi tarea, pues, como comisaria de la exposición, ha consistido básicamente en elegir adecuadamente las piezas presentadas por las diferentes universidades, y en tratar de establecer vínculos y conexiones para englobarlas todas ellas bajo un único título, de aquí que surgiera: Imatges Vives.

Una vez hecha la selección, mi equipo y yo nos dimos cuenta del interés enorme que desvelaría esta muestra puesto que las piezas seleccionadas eran realmente muy buenas y, en ciertos casos, incluso extraordinarias.

La diversidad es uno de los factores de peso de la exposición. Este aspecto le confiere un interés inusitado: se pueden admirar fragmentos de un pasado que se remonta a seis siglos, como por ejemplo los libros expuestos del siglo XV, junto a una cantidad sorprendente de obras de tecnología avanzada cuya virtud es la de saber conectar con el público con lenguajes del todo actuales. Algunas piezas se presentan en formato digital, mediante ordenadores y pantallas táctiles, otras, en cambio, se muestran dentro de vitrinas puesto que se trata de documentos originales de gran valía, ejemplos eminentes del rico y diverso patrimonio universitario.

Libros, documentos, fotografías, poemas visuales, carteles originales, serigrafías, litografías, fotograbados, pinturas de medio y gran formato, dibujos, collages, esculturas, modelos de herbarios, minerales, fósiles y toda una retahíla de objetos singulares se interrelacionan en el espacio expositivo y parece que demuestran otra vez el hecho que siempre es posible que pasado y presente convivan si aquello que los une es el deseo compartido de generar conocimiento en aquellos que contemplan.

Lourdes Cirlot
Comisaria de la exposición

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