// 16.12.2011 - 12.02.2012 / Sala NAIAS

El gesto y la huella

Pablo Pardo


La memoria visual, es decir la acumulación de imágenes que archivamos en nuestra mente y que nuestro inconsciente hace aflorar a la hora de crear, así como el interior anímico y existencial del artista, son los protagonistas de estas obras. La pintura es un lenguaje puro que proviene de las entrañas del pintor, traduciendo sus sentimientos y sus recuerdos en gestos, líneas, manchas y materia sobre un soporte.

En definitiva, no estar sujeto al dualismo sujeto-objeto, no colocarse delante de la realidad para contemplarla y conocerla, sino que el impulso interior del artista y el poso visual que ha acumulado a lo largo de sus vivencias tendrán que luchar contra lo desconocido dejándolo trascender en el lienzo. Exaltando el mismo proceso de creación, la angustia creativa ante el soporte vacío.

Hay en estas obras una querencia personal hacia la pintura abstracta basada en el gesto, el signo, las manchas y las líneas. Un interés por aspectos tales como, la fisicidad de la pintura, el gesto como huella personal, intransferible de cada individuo. Así como por el automatismo psíquico, el azar, el instinto, el hallazgo pictórico no proyectado.

“La materia pictórica es la más sensible, la más dispuesta a apropiarse de los impulsos interiores que el artista le transmite al manipularla”
Gian Carlo Argan

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